sábado, abril 28, 2012

ALGUNAS FOTICOS DE LOS ULTIMOS MATRIMONIOS





 


GRACIAS A DIOS ES LUNES

(GRACIAS A DIOS ES LUNES) Por John Maxell
Estaba hablando con la empleada de un hotel donde paraba unos días. Luego de una breve conversación, ella exclamó: "Gracias a Dios es viernes! ¡No me verá nuevamente hasta el lunes!" Ella se fue por el pasillo contando las horas hasta que su trabajo estuviera terminado y el fin de semana comenzara.

Supengo que muchas personas están felices cuando la semana se aproxima al viernes. Es grandioso dejar problemas y demandas atrás, y saber que los próximos días le pertenecen. Sin embargo, con frecuencia me pregunto, "¿Por qué e! lunes tiene que ser tan triste?" Cuando vaya a mi reunión de personal el próximo lunes por la mañana, me vaya poner de pie, llevaré mi cabeza hacia atrás, y diré: "¡Gracias a Dios es lunes!"

Hay varias razones podas que digo "¡G.D.E.L.!" En primer lugar, he descubierto que la jornada es mucho más divertida cuando llego a mi destino. La anticipación es tan emocionante como la realización, planear es tan delicioso como producir. La Navidad es divertida largo tiempo antes de! 25 de diciembre.

Las vacaciones son divertidas antes de que llene el coche y diga "¡Adiós!" a los vecinos. De la misma manera, el lunes es el co mienzo de una nueva aventura, es el inicio de otra jornada.

En segundo lugar, digo, "¡G.D.E.L.!" porque tengo la oportunidad para un fresco y nuevo comienzo. Los errores de la semana pasada pueden ser corregidos esta semana. El dolor de la semana pasada puede ser el gozo de esta. Tengo otra oportunidad de hacer lo correcto.

El lunes por la mañana es el único momento en que puedo ponerme de pie y decir, "en lo que va de esta semana aún. no me he equivocado". Es el día en que puedo escribir sobre una hoja limpia de papel todo lo que deseo lograr durante la semana entera.

Los lunes me recuerdan a aquel día en que Cristo me perdonó todos mis pecados cometidos. Oh, el gozo de tener todos mis pecados lavados, perdonados y olvidados, mi pizarra completamente bórrada a nuevo ¡a través de la preciosa sangre de Jesús! El perdón y los lunes me permiten un comienzo completamente nuevo.

En tercer lugar, los lunes me dan la oportunidad de soñar nuevos sueños y establecer nuevas metas. Muchas metas no se alcanzan en un día. Si la comienzo a correr el lunes por la mañana, tal vez llegaré a mi destino estipulado para el fin de la semana o a fin de mes.
y en cuarto lugar, los lunes son los días en que entro en la escena de la acción. Es el tiempo para ver si mi plan realmente resultará. Jugué básquetbol de competición cuando estaba en la escuela y aún puedo recordar la emoción de comenzar un nuevo juego. Mientras esperaba en el círculo del centro la señal del comienzo, una cierta emoción saltaba hacia arriba y abajo en mi espina dorsal que no era igual en ningún otro momento. Todas las carreras, sesiones de estrategia, interminables rebotes, enfrentamientos y discursos para levantar el ánimo eran para este momento. Este era el tiempo para la acción.

¿ Serían suficientes toda la transpiratión, planes, disciplina y entrenamiento para este momento? ¡Este era el minuto de la verdad! El lunes es como la apertura de un juego de básquetbol. El día para experimentar la emoción de una nueva acción.

Por último digo, "¡G.D.E.L.!" también, porque me recuerda que la vida es dar y amar. En el fin de semana he vivido para mí. He hecho la indulgencia de hacer "mi cosa" y casi he olvidado mis responsabilidades. El lunes por la mañana me despierto al hecho que ningún individuo es una isla. Los regocijos más grandes en la vida vienen a nosotros cuando servimos a otros. El lunes me ayuda a poner en orden mis prioridades.

Es el día en que puedo comenzar a ayudar a otros. Puedo empezar a ver las oportunidades que tendré para extender una mano de ayuda y dar esperanza a alguien en necesidad. Es el comienzo de una semana que me permitirá tener la oportunidad de alentar, fortalecer, aconsejar y ayudar a levantarse a alguien más. El lunes es el día que tengo la oportunidad de practicar las enseñanzas de Cristo y experimentar él gozo de servir a otros.

Que el SEÑOR te sonría...


Números 6:25 (BAD)

Sonríe sobre mí como tu siervo;
enséñame tu camino para vivir.
Salmos 119:135 (PAR)

Hacer sonreír a Dios debe ser la meta de nuestra vida.
Ya que agradar a Dios es el principal propósito de nuestra vida, la tarea más importante que tenemos es descubrir cómo hacerlo con exactitud. La Biblia indica que descubramos “lo que agrada al Señor para hacerlo” .1 Es una dicha que la Biblia nos presente un ejemplo claro de una vida que agradó a Dios. El hombre se llamaba Noé.
En su época, el mundo en su totalidad se hallaba en bancarrota moral. Todos vivían procurando su propio placer en lugar de complacer a Dios. Dios no encontró a nadie en la tierra interesado en agradarlo; estaba afligido y hasta le pesó haber hecho al ser humano. Estaba tan disgustado con la raza humana que consideró borrarla de la tierra. Sin embargo, hubo un hombre que lo hizo sonreír. La Biblia dice que: “Noé era del agrado del Señor”. 2
Dios dijo: “Este individuo me agrada. Me hace sonreír. Voy a comenzar de nuevo con su familia”. Tú y yo hoy estamos vivos porque Noé contó con el favor de Dios. Del estudio de su vida aprendemos los cinco actos de adoración que hacen sonreír a Dios.
Dios sonríe cuando lo amamos por encima de todo. Noé amó a Dios más que a nada en el mundo, ¡incluso cuando nadie más lo amaba! La Escritura afirma que “durante toda su vida Noé cumplió fielmente la voluntad de Dios y disfrutó una estrecha relación con Dios”.3
Lo que Dios más desea contigo es tener una relación de amor. La verdad más asombrosa del universo es que nuestro Creador quiere estar en comunión con nosotros. Dios nos creó para amarnos, y anhela que nosotros también lo amenos. Él dice: “Porque más me deleito en la lealtad que en el sacrificio, y más en el conocimiento de Dios que en los holocaustos”.4
¿Sientes palpitar la pasión de Dios en este versículo? Él le ama de todo corazón y desea, en reciprocidad que tú también lo ames. Como el anhelo de Dios es que lo conozcamos y que pasemos tiempo con Él, aprender a amarlo y ser amado por Él debería ser el mayor objetivo de nuestra vida. No hay ninguna otra cosa que tenga tanta importancia. Jesús lo llamó el mandamiento más importante. Dijo: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente... Éste es el primero y el más importante de los mandamientos”.5
Dios sonríe cuando confiamos en Él completamente. Lo segundo que hizo Noé, que agradó a Dios, fue confiar en Él, incluso cuando parecía sin sentido. La Biblia dice que: “Por la fe Noé construyó un barco en plena tierra. Fue advertido sobre cosas que aún no se veían, y actuó basado en ello... Como resultado, Noé llegó a tener una amistad íntima con Dios”.6
Imaginémonos la escena. Un día Dios se acera a Noé y le dice: “Los seres humanos me han decepcionado. En todo el mundo no hay nadie que piense en mí, salvo tú. Noé, cuando te miro, me haces reír. Estoy satisfecho con tu vida. Voy a inundar el mundo y comenzar de nuevo con tu familia. Quiero que construyas un barco gigante para que tú y los animales se salven”.
Había tres problemas que podrían haber hecho dudar a Noé. En primer lugar, él no conocía la lluvia porque antes del diluvio Dios irrigaba la tierra del suelo hacia arriba.7 La gente nunca había visto un arco iris. En segundo lugar, Noé vivía a mucha distancia del océano más cercano. Aunque pudiera aprender a construir un barco, ¿cómo haría para trasladarlo al mar? En tercer lugar, reunir a los animales y cuidar de ellos era un problema. Pero Noé no se quejó ni se excusó. Tenía plena confianza en Dios, a quien hacía sonreír.
Confiar plenamente en Dios significa tener fe en que Él sabe qué es mejor para ti. Esperas que cumpla sus promesas, te ayude con los problemas y haga hasta lo imposible cuando fuera necesario. La Biblia dice que: “Dios se complace en los que le honran y en los que confían en su constante amor”.8
A Noé le llevó 120 años construir el arca. Supongo que hubo días en que se sintió descorazonado. Después de años y años sin ninguna señal de lluvia, lo tildaban con crueldad como “el loco que piensa que Dios le habla”. Me imagino que los hijos de Noé deben haber sentido vergüenza del enorme barco que su padre estaba construyendo en el jardín de la casa. Sin embargo, no dejó de confiar en Dios.
¿En qué aspectos de tu vida necesitas confiar más en Dios? La confianza es un acto de adoración. Así como los padres se alegran cuando sus hijos confían en su amor y sabiduría, nuestra fe contenta a Dios. La Biblia afirma que “sin fe es imposible agradar a Dios”.9
Dios sonríe cuando lo obedecemos de todo corazón. Salvar a la fauna de un diluvio mundial requería poner atención a la logística y los detalles. Había que hacer todo exactamente de acuerdo con las instrucciones de Dios. Él no dijo: “Constrúyete cualquier bote que quieras, Noé”. No, Él le dio instrucciones detalladas acerca del tamaño, la forma y los materiales que debía usar, así como con respecto al número de animales que debía traer a bordo. La Biblia nos relata la respuesta de Noé: “Y Noé hizo todo según lo que Dios le había mandado”; otra versión dice que “hizo exactamente como Dios le mandó”.10
Observa que Noé obedeció absolutamente todo (no desobedeció ninguna instrucción), y con toda exactitud (en tiempo y forma de acuerdo con lo que dios le mandó). Eso es hacer algo de todo corazón. ¡Cómo no iba a sonreír Dios viendo a Noé!.
Si Dios te pidiera que construyeras un barco enorme, ¿tendrías preguntas, objeciones y reparos? Noé no las tuvo. Obedeció a Dios de todo corazón, lo que implica hacer cualquier cosa que Dios nos pida, sin reservas ni titubeos. Nada de andar con dilaciones y decir: “Voy a orar por eso”. Debemos hacerlo sin demora. Cualquier padre sabe que la obediencia con retraso es en realidad desobediencia.
Dios no nos debe ninguna aclaración ni explicación y de motivos cuando nos pide que hagamos algo. Para entender, podemos esperar; pero para obedecer, no. La obediencia instantánea nos enseñará más acerca de Dios que una vida de estudios bíblicos. En realidad, nunca entenderás algunos mandamientos si no los obedeces primero. Obedecer abre la puerta al entendimiento.
A veces intentamos ofrecerle a Dios una obediencia parcial. Queremos elegir y seleccionar qué mandamientos obedecer. Hacemos una lista de los mandamientos que nos gustan y los obedecemos, pero no tomamos en cuanta los que nos parecen irrazonables, difíciles, costosos o mal vistos. Asistiré a la iglesia, pero no diezmaré. Leeré la Biblia, pero no perdonaré a los que me lastimen. La obediencia a medias es desobediencia.
Cuando obedecemos de todo corazón lo hacemos con gozo, con entusiasmo. La Biblia nos exhorta:”Obedécelo alegremente”.11 La actitud del salmista fue decir: “Dime solamente qué debo hacer, y lo haré, Señor. Mientras viva, obedeceré de todo corazón”.12
Santiago les habló a los cristianos diciéndoles que “agradamos a Dios por lo que hacemos y no sólo por lo que creemos”.13 La Palabra de Dios nos dice claramente que no podemos ganarnos la salvación. La salvación es por gracia, no por ningún esfuerzo de nuestra parte. Pero como hijos de Dios podemos agradar a nuestro Padre celestial mediante la obediencia. Cualquier acto de obediencia es también un acto de adoración. ¿Por qué a Dios le agrada tanto la obediencia? Porque es la demostración de que realmente lo amamos. Jesús dijo: “Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos”.14
Dios sonríe cuando lo alabamos y le manifestamos una gratitud continua. Pocas cosas nos hacen sentir tan bien como recibir la alabanza y el aprecio de alguien. A Dios también le encanta. Sonríe cuando le expresamos nuestra adoración y gratitud a Él.
La vida de Noé complació a Dios porque vivió con un corazón lleno de alabanza y de acción de gracias. Lo primero que hizo Noé después de sobrevivir al diluvio fue expresar su agradecimiento a Dios: le ofreció un sacrifico. La Biblia afirma: “Luego Noé construyó un altar al Señor, y sobre ese altar ofreció holocaustos”.15
Gracias al sacrificio de Jesús, hoy no ofrecemos sacrificios de animales como lo hizo Noé. En cambio, se nos manda ofrecer a Dios “sacrificio de alabanza” 16 y “sacrificio de gratitud”.17 Alabamos a Dios por lo que Él es y le agradecemos por lo que ha hecho. David dijo: “Con cánticos alabaré el nombre de Dios; con acción de gracias lo exaltaré. Esa ofrenda agradará más al Señor”.18
Algo asombroso sucede cuando ofrecemos a Dios nuestra alabanza y gratitud. Cuando lo alegramos, ¡nuestro propio corazón se llena de gozo!
A mi madre le gustaba cocinar para mí. Incluso después de haberme casado con Kay, cuando íbamos de visita a casa de mis padres; me preparaba una mesa con increíbles platos caseros. Una de las cosas que más le gustaba en la vida era vernos comer y disfrutar lo que nos preparaba. Cuanto más disfrutábamos la comida, más contenta se sentía.
Pero nosotros también disfrutábamos al hacerla sentir bien. El resultado era recíproco. Mientras comía sus platos, me deshacía en alabanzas y elogios a mi madre. No sólo quería disfrutar la comida, sino agradarla también. Todo el mundo se sentía feliz.
La adoración también opera recíprocamente. Puesto que disfrutamos lo que Dios ha hecho por nosotros, le expresamos nuestro gozo, y él también se regocija, lo que a su vez aumenta nuestra alegría. El libro de los Salmos dice que “los justos se alegran y se regocijan ante su presencia; están felices y gritan de júbilo”.19
Dios sonríe cuando usamos nuestras habilidades. Después del diluvio, Dios le dio a Noé estas simples instrucciones: “Tengan muchos hijos y llenen la tierra. Pueden comer todos los animales y verduras que quieran, yo se los doy”.20
Dios dijo: “¡Continúen con sus vidas”. Y a nosotros nos dice: “¡Ya es hora de que sigan con su vida! Hagan las cosas para las que concebí a los seres humanos. Tengan relaciones sexuales con su pareja. Tengan bebés. Críen una familia. Siembren una cosecha y coman. ¡Compórtense como humanos! ¿Para eso los creé!”.
Es posible que sientas que el único momento en que agradas a Dios es cuando desarrollas una actividad “espiritual”, como leer la Biblia, asistir a la iglesia, orar o testificar. Puedes pensar que a Dios no le interesan otros aspectos de tu vida. En realidad, Dios disfruta observando cada detalle de tu vida; ya sea que te encuentres trabajando, jugando, descansado o comiendo. No pierde de vista ninguno de tus movimientos. La Biblia nos dice que el Señor “dirige los pasos del hombre devoto, que Él se complace con todos los detalles de su vida”.21
Cualquier actividad humana, excepto pecar, puede realizarse para agradar a Dios si la hacemos con una actitud de alabanza. Podemos lavar platos, reparar motores, vender productos, diseñar programas de computación, sembrar la tierra o criar una familia para la gloria de Dios.
Como un padre orgulloso de sus hijos, Dios disfruta de manera especial viéndonos usar los talentos y habilidades que nos dio. Nos ha dado, intencionalmente para su regocijo, diferentes dones a cada uno. A algunas personas las ha creado para destacarse en lo atlético, a otras para ser más analíticas. Podemos tener capacidad para la mecánica, las matemáticas o la música, o para cualquiera de tantas otras habilidades. Al llevar a cabo estas actividades podemos hacer que se dibuje una sonrisa en el rostro de Dios. La Escritura declara que “Él ha formado a cada persona y ahora observa todo lo que hacemos”. 22
No podemos glorificar ni agradar a Dios cuando escondemos nuestras aptitudes o intentamos ser distintos de lo que somos. Sólo puedes agradar a Dios si eres tú mismo. Cada vez que rechazas una parte de tu persona, desprecias la sabiduría y soberanía de Dios al crearte. Dios dice que no tenemos derecho a discutir con nuestro Creador: “¿Discute la vasija con su hacedor? ¿Disputa la arcilla con quien le da forma?”.23
En la película Carros de fuego, el corredor olímpico Eric Liddell dice: “Creo que Dios me creó con un propósito, pero también me hizo veloz, y cuando corro, siento el placer de Dios”. Más adelante agrega: “Si dejara de correr, lo estaría despreciando”. Las aptitudes no espirituales no existen, sólo existe el uso indebido de ellas. Comienza a usar las tuyas para complacer a Dios.
A Él también lo complace verte disfrutar su creación. Te dio los ojos para que disfrutaras la belleza, los oídos para los sonidos y la música, el olfato y las pailas gustativas para los aromas y los sabores, y los nervios internos para el tacto. Cada circunstancia que disfrutemos se convertirá en un acto de adoración si le damos gracias a Dios por ella. En realidad, la Biblia dice que Dios “nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos”.24
¡Dios incluso disfruta mirándote dormir! Todavía recuerdo la profunda satisfacción que me producía ver a mis hijos mientras dormían cuando eran pequeños. A veces llegamos a tener un día cargado de problemas con sus desobediencias, pero cuando dormían se veían satisfechos, seguros y tranquilos, mientras yo pensaba cuánto los amaba.
Mis hijos no tenían que hacer nada para que yo los disfrutara. Los amaba tanto que me alegraba con sólo mirarlos respirar. Mientras sus pequeños pechos subían y bajaban, sonreía, y hasta alguna vez los ojos se me llenaron de lágrimas por el gozo que sentía. Mientras duermes, Dios te contempla con amor, porque tú fuiste idea suya. Nos ama a cada uno como si fuésemos la única persona en la tierra.
Los padres no pretenden que sus hijos sean perfectos ni maduros para disfrutarlos. Los disfrutan durante todas las etapas del desarrollo. De la misma manera, Dios no espera que lleguemos a la madurez para comenzar a amarnos. Nos ama y disfruta en todas las etapas de nuestro desarrollo espiritual.
Mientras crecías, tus maestros o padres pudieron haber sido desagradables. No supongas que Dios siente lo mismo por ti. Él sabe que eres incapaz de ser perfecto y sin pecado. La Biblia dice: “Bien sabe nuestro Dios cómo somos; ¡bien sabe que somos polvo!”.25
Dios se fija en la actitud de tu corazón: ¿Cuál es tu deseo más íntimo? ¿Agradar a Dios? Pablo estaba “empeñado en agradarle, ya fuera en su hogar aquí o allá”.26 Cuando vivimos a la luz de la eternidad, nuestro enfoque cambia. En lugar de plantearnos: “¿Cuánto placer me proporciona la vida?”, llegamos a pensar: “¿Cuánto placer le proporciono a Dios con mi vida?”.
Dios está buscando personas como Noé para el siglo veintiuno: personas dispuestas a vivir para agradarlo. Su Palabra afirma: “Dios, desde el cielo, mira a hombres y mujeres; busca a alguien inteligente que lo reconozca como Dios”.27
¿Agradar a Dios será la meta de tu vida? No hay nada que Dios no haga por quien se empeñe en alcanzar este objetivo

domingo, enero 11, 2009

LOS CIELOS CUENTAN SU GLORIA

Puede que estes afanado, con mucho trabajo, con preocupaciones...
Pero echa la cabeza atras, reposa tu espalda lee y mira y disfruta del video:

SALMO 19:1-6 RVR60

19:1 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
19:2 Un día emite palabra a otro día,
Y una noche a otra noche declara sabiduría.
19:3 No hay lenguaje, ni palabras,
Ni es oída su voz.
19:4 Por toda la tierra salió su voz,
Y hasta el extremo del mundo sus palabras.
En ellos puso tabernáculo para el sol;
19:5 Y éste, como esposo que sale de su tálamo,
Se alegra cual gigante para correr el camino.
19:6 De un extremo de los cielos es su salida,
Y su curso hasta el término de ellos;
Y nada hay que se esconda de su calor.




Un maravilloso video que encontre en linea contemplalo y medita en lo hermoso que es DIOS y las hermosas cosas que nos ha entregado, TE AMO MI DIOS

jueves, enero 08, 2009

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

¿QUÉ ES EL DIEZMO ?


El Diezmo es la puerta del creyente hacia el pacto de bendición. El Diezmo es una ley espiritual tan efectiva como lo son las leyes naturales. Así como la Gravedad permite que los objetos caigan al suelo si son dejados en el vacío, así el Diezmo permite al creyente recibir "medida buena, apretada, sacudida y rebosante". Lucas 6:38.



El Diezmo es una Ley Espiritual que no tiene limitaciones por el paso del tiempo. Aunque se estableció en el Antiguo Testamento, esta ley hoy continua tan efectiva como siempre.


¿De dónde viene la palabra Diezmo?


La palabra Diezmo nace de la palabra hebrea "maaser" o "maasrah", que traduce Diezmo, o una décima parte. En el Griego la palabra que designa esta "décima parte" es "apodekatoo" y tanto en el Hebreo como en el Griego, estos términos significan el "pago o dádiva de una décima parte o porción."


diezmaras


¿Cuál es el propósito del Diezmo?


Cuando damos el Diezmo a Dios de nuestros ingresos, ese acto le permite a Dios actuar en nuestro defecto y bendecirnos. La Biblia contiene numerosos recuentos de hombres dando su Diezmo a Jehová. Dios es el creador de todo lo que hay. Él lo posee todo. Nosotros somos simplemente "administradores" de sus bienes. El propósito del Diezmo es que porque Él desea que nosotros le demos un diez por ciento del 100% que Él nos da, para que nuestro corazón nunca esté concentrado en las lo que Él nos ha dado, sino en el Dador.


Cristo claramente estableció la razón del Diezmo y de nuestras ofrendas a Dios: "Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón". Mateo 6:21.



¿No es el Diezmo solamente para los tiempos del Antiguo Testamento?


Es cierto que así como el Sábado, el Diezmo no puede totalmente justificarse basándose en el Nuevo Testamento. Sin embargo, el hecho de que el Cristianismo haya dejado de guardar el último día de la semana, el Sábado, no significa que hayamos dejado de separar un día específico para la adoración y la entrega total a la adoración de nuestro Creador. Nuestro Sábado es el Domingo, lo cual da continuidad a la ley espiritual del Día Santo. El Sábado fue un principio espiritual que determinaba el deseo de Dios de que el hombre separara un día de la semana para entregarse total a Dios. Hoy usamos el Domingo para, NO SOLAMENTE ADORAR AL PADRE, SINO PARA TAMBIÉN CELEBRAR LA VICTORIA DE SU HIJO SOBRE LA MUERTE. El Sábado es un principio espiritual establecido mientras la Creación exista. De la misma forma, aunque el Diezmo fue establecido, tal y como lo fue el Sábado, durante los tiempos del Antiguo Testamento, continúa siendo efectivo hoy día.


La Biblia nos establece el siguiente axioma espiritual: "Toda buena dádiva y todo don perfecto proviene de lo alto y desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación… Porque yo Jehová no cambio" Santiago 1:17 y Malaquías 3:8


Si usted ha confiado en el Dios que en Génesis 3:15, hace unos 6,000 años, prometió que un día enviaría un Salvador, y lo hizo, usted debe también confiar en que así como Él, 6,000 años más tarde cumplió su palabra, así hoy cumpla su palabra cuando le promete lo siguiente:


"Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo,

y así habrá alimento en mi casa.

Pruébenme en esto dice el Señor Todopoderoso,

y vean si no abro las compuertas del cielo y

derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde."


Malaquías 3:10



Si usted da el Diezmo que corresponde al Señor, ¡Él no tiene alternativa que bendecirle! De hecho, esta es la única vez en toda la Biblia donde el Señor nos reta a probarlo. ¿Desea aceptar el reto?


¿Pecamos cuando no traemos el Diezmo al Señor?


En el Nuevo Testamento no está claramente establecido que no traer el Diezmo es pecado. Basándonos en la ilustración proporcionada por Jesús en Marcos 12 podemos ver que si usted no da el Diezmo porque en realidad no tiene ningún ingreso, usted no está pecando. Pero… ¿No se moriría de hambre usted si en realidad no tuviera totalmente nada que dar? En el caso de la anciana de Marcos 12, su indigencia era total, pero en medio de la pobreza más terrible, tomó todo lo que tenía y lo dio. ¿Acaso no lo dio con la esperanza de que Dios honraría su palabra y le daría de regreso bendiciones? ¡Esa fue la promesa hecha por el mismo Dios!


Pues en nuestro caso, nosotros que hoy vivimos en tal abundancia, ¿Acaso podríamos alegar que no tenemos nada qué dar? ¡No! Si en su corazón está la actitud de cumplir con la ley de "dar y recibir" establecida en Lucas 6:38 ("Da y se te os dará"), el Señor ciertamente cumplirá con su parte del pacto.


El pecado consistiría en no dar, cuando en efecto tenemos. El pecado consistiría en colocar nuestra confianza y esperanza a la "basura" de este mundo en vez de en la Palabra y Promesas de nuestro Dios.


Las estadísticas muestran que en Estados Unidos solamente un 20% de los cristianos diezman. El otro 80% queda sujeto a la siguiente reprensión:



"¿Acaso roba el hombre a Dios? ¡Ustedes me están robando! Y todavía preguntan: ¿En qué te robamos? 'En los diezmos y en las ofrendas. Ustedes la nación entera están bajo gran maldición, pues es a mí a quien están robando. Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto dice el Señor Todopoderoso, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde." Malaquías 3:8-10



Yo soy hispano. Miembro del Cuerpo de Cristo. Soy parte de la porción hispana de la Iglesia de Cristo. Pero… una de las deficiencias más mugrientas que tiene mi porción de la Iglesia Universal, la Hispana, es que "le robamos" al Señor. Yo conozco iglesias donde los ingresos brutos de sus miembros sobrepasan los 200,000 pesos. Sin embargo, al Pastor no se le paga lo suficiente para mantener dignamente a su familia. ¿Por qué? Porque los ingresos recibidos por la iglesia no suman los 6,000 pesos. ¿Qué significa esto? Que los miembros le están "robando" al Señor.


Yo soy de los que creen que la Iglesia Hispana no saldrá nunca de la pobreza donde está sumida hasta que nos detengamos de "robar" al Señor su Diezmo. Ese es un principio espiritual que la Iglesia Hispana no ejercita como debería. Los cristianos que no entran en este pacto con Dios no necesariamente pierden su salvación, ¡NO! Pero no son más que pordioseros cuyo tesoro está en las cosas materiales, en vez de en las promesas de Johová Jireh: El Proveedor.


¿Para qué usa las Iglesia el Diezmo y las ofrendas?



  1. Para pago del sueldo del pastor y otros obreros de la Palabra

  2. Para pago de renta, utilidades, materiales, etc.

  3. Para enviar misioneros a las naciones

  4. Para proveer ayuda a los necesitados en la comunidad

  5. Para comprar materiales para la educación de sus miembros: Biblias, libros, guías, etc.

  6. Para construcción de nuevas obras que amplíen el alcance del Evangelio.

  7. Para ayudar a los obreros, predicadores, visitantes, etc. que visitan el templo para bendecir al Pueblo de Dios con el estudio de la Palabra, etc.


¿Cuán frecuentemente debe darse el Diezmo?


Debido a que el Diezmo es la décima parte de todos sus ingresos, usted debe separar una décima parte de todos sus ingresos y traerlo al templo. Si usted cobra semanalmente, separe el Diezmo semanalmente y deposítelo la próxima vez que vaya al templo a adorar. Si usted cobra quincenalmente, o mensualmente, lo mismo aplica.


diezmar


¿Qué significado tiene el Diezmo para el Señor?


La Biblia nos hace una comparación magnífica que nos ilustra el significado del Diezmo para el Señor.



"En el caso de los levitas (en el mundo físico), los diezmos los reciben hombres mortales; en el otro caso (en el mundo espiritual), los recibe Melquisedec (tipo de Cristo), de quien se da testimonio de que vive." Hebreos 7:8


Esto significa que los sacerdotes levitas, quienes son simples hombres sujetos a la muerte, reciben el diezmo y las ofrendas, pero como de la muerte de Melquisedec nunca se hizo mención, de aquí se desprende que Melquisedec es un tipo de Cristo, quien vive para siempre, y que por tanto, es quien, en el mundo espiritual, recibe los diezmos en realidad.


El Diezmo es y continuará siendo una ley espiritual efectiva, ¡la practique usted o no!


diezmo

miércoles, enero 07, 2009

DIA DE LA FAMILIA PASTORAL

Hace poco tiempo celebramos en nuestra congregación el día de la Familia Pastoral, fue una día lleno de sorpresas de risas y sobre todo de amor por nuestros pastores y sus hijos, cada ministerio y cada persona demostró lo mucho que aman a sus pastores llenándolos de alegría y regocijo, Se realizaron presentaciones, coreografías, imitaciones y se ministro la palabra a cargo de los lideres del G18. además de eso se lanzo palabra profética por la compra del lote aquí les dejo algunos apartes de esta gran celebración, un video de homenaje y algunas imágenes captadas en ese momento tan especial espero las vuelva a disfrutar tanto como yo.

Pastores los amamos mucho !!

ALGUNAS IMAGENES DEL EVENTO






HOMENAJE A LA FAMILIA PASTORAL PARTE 1



HOMENAJE A LA FAMILIA PARTE 2


jueves, mayo 08, 2008

LA DOCTRINA DEL CONCILIO DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS

La Biblia es nuestra regla suficiente de fe y conducta. Esta Declaración de verdades fundamentales tiene por objeto simplemente ser una base para la confraternidad entre nosotros (v.g., que todos hablemos una misma cosa, 1 Corintios 1:10; Hechos 2:42). La fraseología que se usa en esta declaración no es inspirada ni disputada, pero la verdad que se presenta se considera esencial para un ministerio del evangelio completo. No se afirma que esta declaración contenga toda la verdad bíblica, sólo que abarca nuestra necesidad tocante a estas doctrinas fundamentales.

La doctrina del Concilio de las Asambleas de Dios consta de los siguientes principios bíblicos fundamentales:

1. Las Sagradas Escrituras como la Palabra inspirada e infalible de Dios, superior a la conciencia y la razón.

Las Escrituras, tanto el Antigüo como el Nuevo Testamento, son verbalmente inspiradas por Dios y son la revelación de Dios para el hombre, la regla infalible y autoritaria de fe y conducta (2 Timoteo 3:15, 16; 1 Pedro 2:2.)

2. El Único Dios verdadero, manifestado en tres personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo como la Deidad adorable.
El único Dios verdadero se ha revelado como el Eterno existente en sí mismo "YO SOY", el Creador del cielo y de la tierra y Redentor de la humanidad. Se ha revelado también encarnando los principios de relación y asociación como el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. (Deuteronomio 6:4; Isaías 43:10; Mateo 28:19; Marcos 12:29; Lucas 3:22).
LA DEIDAD ADORABLE
(a) Definición de vocablos. Los vocablos trinidad y personas, según se relacionan con la Deidad, aunque no se encuentran en la Biblia, son vocablos que están en armonía con ella, por lo tanto podemos comunicar a los demás nuestro entendimiento inmediato de la doctrina de Cristo respecto al Ser de Dios, según se distingue de "muchos dioses y muchos señores". Por tanto podemos hablar debidamente del Señor nuestro Dios, que es un solo Señor, como una Trinidad o como un Ser de tres personas, sin apartarnos por ello de las enseñanzas bíblicas (como ejemplo, Mateo 28:19; 2 Corintios 13:14; Juan 14:16,17).
(b) Distinción y relación en la Deidad. Cristo enseñó una distinción de personas en la Deidad que expresó en términos específicos de relación, como Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero que esta distinción y relación, en lo que a su forma se refiere es inescrutable e incomprensible, pues la Biblia no lo explica (Lucas 1:35; 1 Corintios 1:24; Mateo 11:25-27; 28:19; 2 Corintios 13:14; 1 Juan 1:3, 4).
(c) Unidad del Único Ser del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Por lo tanto, de la misma manera, hay eso en el Padre que lo constituye Padre y no Hijo; hay eso en el Hijo que lo constituye Hijo y no Padre; y hay eso en el Espíritu Santo que lo constituye Espíritu Santo y no Padre ni Hijo. Por lo que el Padre es el Engendrador; el Hijo es el Engendrado; y el Espíritu Santo es el que procede del Padre y del Hijo. Así que, por cuanto estas tres personas de la Deidad están en un estado de unidad, existe un solo Señor Dios Todopoderoso y tiene un solo nombre (Juan 1:18; 15:26; 17:11, 21; Zacarías 14:9).
(d) Identidad y cooperación en la Deidad
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son idénticos en lo que respecta a persona; ni se les confunde en cuanto a relación; ni están divididos en cuanto a la Deidad; ni opuestos en cuanto a cooperación. El Hijo está en el Padre y el Padre está en el Hijo en cuanto a relación. El Hijo está con el Padre y el Padre está con el Hijo, en cuanto a confraternidad. El Padre no procede del Hijo, sino el Hijo procede del Padre, en lo que respecta a autoridad. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, en cuanto a naturaleza, relación, cooperación y autoridad. Por tanto, ninguna de las personas de la Deidad existe ni opera separada o independientemente de las otras (Juan 5:17-30,32,37; 8:17,18).
(e) El título Señor Jesucristo
El título Señor Jesucristo es un nombre propio. En el Nuevo Testamento nunca se le aplica al Padre ni al Espíritu Santo. Por tanto pertenece exclusivamente al Hijo de Dios (Romanos 1:1-3,7; 2 Juan 3).
(f) El Señor Jesucristo, Dios con nosotros
El Señor Jesucristo, en lo que respecta a su naturaleza divina y eterna, es el verdadero y unigénito Hijo del Padre, pero en lo que respecta a su naturaleza humana, es el verdadero Hijo del Hombre. Por lo tanto, se le reconoce como Dios y hombre; quien por ser Dios y hombre, es "Emanuel", Dios con nosotros (Mateo 1:23; 1 Juan 4:2,10,14; Apocalipsis 1:13,17).
(g) El título Hijo de Dios
Siendo que el nombre Emanuel abarca lo divino y lo humano, en una sola persona, nuestro Señor Jesucristo, el título Hijo de Dios describe su debida deidad, y el título Hijo del Hombre su debida humanidad. De manera que el título Hijo de Dios pertenece al orden de la eternidad, y el título Hijo del Hombre al orden del tiempo (Mateo 1:21-23; 2 Juan 3; 1 Juan 3:8; Hebreos 7:3; 1:1-13)
(h) Trasgresión de la doctrina de Cristo
Por tanto, es una trasgresión de la doctrina de Cristo decir que el Señor Jesús derivó el título de Hijo de Dios sólo del hecho de la encarnación, o por su relación con la economía de la redención. De modo que negar que el Padre es un Padre verdadero y eterno y que el Hijo es un Hijo verdadero y eterno es negar la distinción y relación en el Ser de Dios; una negación del Padre y del Hijo; y una substitución de la verdad de que Jesucristo fue hecho carne (2 Juan 9; Juan 1:1,2,14,18,29,49; 1 Juan 2:22,23; 4:1-5; Hebreos 12:2).
(i) Exaltación de Jesucristo como Señor
El Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, después de limpiarnos del pecado con su sangre, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, sujetándose a El ángeles, principados, y potestades. Después de ser hecho Señor y Cristo, envió al Espíritu Santo para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla y confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios el Padre hasta el fin, cuando el Hijo se sujete al Padre para que Dios sea todos en todo (Hebreos 1:3; 1 Pedro 3:22; Hechos 2:32-36; Romanos 14:11; 1 Corintios 15:24-28).
(j) Igual honor para el Padre y el Hijo
Siendo que el Padre ha dado al Hijo todo juicio, no es solo un deber de todos en el cielo y en la tierra postrarse ante El, sino que es un gozo inefable en el Espíritu Santo adscribir al Hijo todos los atributos de la deidad y rendirle todo el honor y la gloria contenidos en todos los nombres y títulos de la Deidad excepto los que denotan relación (ver los párrafos b, c y d), honrando así al Hijo como se honra al Padre (Juan 5:22,23; 1 Pedro 1:8; Apocalipsis 5:6-14; Filipenses 2:8,9; Apocalipsis 7:9,10; 4:8-11).
3. La Deidad del Señor Jesucristo y su encarnación sobrenatural.

El Señor Jesucristo es el eterno Hijo de Dios. La Biblia declara:
(a) Su nacimiento virginal (Mateo 1:23; Lucas 1:31,35).
(b) Su vida sin pecado (Hebreos 7:26; 1 Pedro 2:22).
(c) Sus milagros (Hechos 2:22; 10:38).
(d) Su obra vicaria en la cruz (1 Corintios 15:3; 2 Corintios 5:21).
(e) Su resurrección corporal de entre los muertos (Mateo 28:6; Lucas 24:39; 1 Corintios 15:4).
(f) Su exaltación a la diestra de Dios (Hechos 1:9, 11; 2:33; Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3).
4. Los ángeles como mensajeros y ministradores de Dios.

Éxodo 23:20; Jueces 2:1; Lucas 2:11; Hechos 7:38; Hebreos 1:14
5. La Creación divina del Universo y del hombre, la santidad original, su caída y su redención.

Génesis 1:1,26; 2:17; 3:1-7; Romanos 5:12-21
La caída del hombre
El hombre fue creado bueno y justo; porque Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". Sin embargo, el ser humano por su propia voluntad cayó en trasgresión, incurriendo así no sólo la muerte física sino también la espiritual, que es la separación de Dios (Génesis 1:26, 27; 2:17; 3:6; Romanos 5:12-19).

6. La Salvación por medio de la fe en la obra redentora de Jesucristo.

Lucas 24:47; Juan 3:3,16; Romanos 10:13-15; Efesios 2:8; Tito 2:11
La única esperanza de redención para el hombre es a través de la sangre derramada de Jesucristo, el Hijo de Dios.
(a) Condiciones para la salvación. La salvación se recibe a través del arrepentimiento para con Dios y la fe en el Señor Jesucristo. El hombre se convierte en hijo y heredero de Dios según la esperanza de vida eterna por el lavamiento de la regeneración, la renovación del Espíritu Santo y la justificación por la gracia a través de la fe (Lucas 24:47; Juan 3:3; Romanos 10:13–15; Efesios 2:8; Tito 2:11; 3:5–7).
(b) Evidencias de la salvación. La evidencia interna de la salvación es el testimonio directo del Espíritu (Romanos 8:16). La evidencia externa ante todos los hombres es una vida de justicia y verdadera santidad (Efesios 4:24; Tito 2:12).

7. La Santificación por la obra de Jesucristo, del Espíritu Santo y de la Biblia.

Juan 17:17; Romanos 12:1,2, 1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 12:14; 13:12; 1 Pedro 1:15,16
La santificación es un acto de separación de todo lo malo, y de dedicación a Dios (Romanos 12:1, 2; 1 Tesalonicenses 5:23; Hebreos 13:12). La Biblia prescribe una vida de "santidad sin la cual nadie verá al Señor" (Hebreos 12:14). Por el poder del Espíritu Santo podemos obedecer el mandato que dice: "Sed santos porque yo soy santo" (1 Pedro 1:15, 16).
La santificación se efectúa en el creyente cuando este reconoce su identidad con Cristo en su muerte y su resurrección, y por fe se propone vivir cada día en esta unión con Cristo, y somete todas sus facultades al dominio del Espíritu Santo (Romanos 6:1–11, 13; 8:1, 2, 13; Gálatas 2:20; Filipenses 2:12, 13; 1 Pedro 1:5).

8. El Bautismo en el Espíritu Santo , como la Promesa del Padre, con la señal física inicial de hablar en otras lenguas.

Lucas 24:49; Juan 1:33; Hechos 2:4; 10:46; 1 Corintios 12:4, 10, 28;
Todos los creyentes tienen el derecho de recibir y deben buscar fervientemente la promesa del Padre, el bautismo en el Espíritu Santo y fuego, según el mandato del Señor Jesucristo. Esta era la experiencia normal y común de toda la primera iglesia cristiana. Con el bautismo viene una investidura de poder para la vida y el servicio y la concesión de los dones espirituales y su uso en el ministerio (Lucas 24:49; Hechos 1:4, 8; 1 Corintios 12:1–31). Esta experiencia es distinta a la del nuevo nacimiento y subsecuente a ella (Hechos 8:12–17; 10:44–46; 11:14–16; 15:7–9). Con el bautismo en el Espíritu Santo el creyente recibe experiencias como la de ser lleno del Espíritu (Juan 7:37–39; Hechos 4:8), una reverencia más profunda para Dios (Hechos 2:43; Hebreos 12:28), una consagración más intensa a Dios y dedicación a su obra (Hechos 2:42) y un amor más activo para Cristo, para su Palabra y para los perdidos (Marcos 16:20).
El bautismo de los creyentes en el Espíritu Santo se evidencia con la señal física inicial de hablar en otras lenguas como el Espíritu los dirija (Hechos 2:4). El hablar en lenguas en este caso es esencialmente lo mismo que el don de lenguas (1 Corintios 12:4–10, 28), pero es diferente en propósito y uso

9. La Sanidad Divina por la obra redentora de Cristo.

Isaías 53:4-5; Mateo 8:16,17; 1 Pedro 2:24
La sanidad divina es una parte integral del evangelio. La liberación de la enfermedad ha sido provista en la expiación y es el privilegio de todos los creyentes (Isaías 53:4, 5; Mateo 8:16, 17; Santiago 5:14–16).

10. El bautismo en agua por inmersión y la Cena del Señor como ordenanzas de Cristo.

Mateo 28:19; Lucas 22:14-16; Romanos 6:4; 1 Corintios 11:23-26; 2 Pedro 1:4
(a) El bautismo en agua. Las Escrituras establecen la ordenanza del bautismo en agua por inmersión. Todos los que se arrepienten y creen en Cristo como Salvador y Señor deben ser bautizados. De esta manera declaran ante el mundo que han muerto con Cristo y que han sido resucitados con El para andar en nueva vida (Mateo 28:19; Marcos 16:16; Hechos 10:47, 48; Romanos 6:4).
(b) La santa comunión. La Cena del Señor, que consiste en la participación de las especies eucarísticas –el pan y el fruto de la vid– es el símbolo que expresa nuestra participación de la naturaleza divina de nuestro Señor Jesucristo (2 Pedro 1:4); un recordatorio de sus sufrimientos y su muerte (1 Corintios 11:26); y una profecía de su segunda venida (1 Corintios 11:26); y un mandato para todos los creyentes "¡hasta que él venga!"

11. La Iglesia como el Cuerpo Místico de Cristo; Los Ministerios divinamente ordenados y su misión evangelizadora.

Mateo 28:19-20; Marcos 3:13,14;16:15-20; Romanos 1:1; Efesios 1:22,23; 4:11,12; Hebreos 5:4; 12:23
La Iglesia es el cuerpo de Cristo, la morada de Dios por el Espíritu Santo, con el encargo divino de llevar a cabo su gran comisión. Todo creyente, nacido del Espíritu Santo, es parte integral de la asamblea general e iglesia de los primogénitos, que están inscritos en los cielos (Efesios 1:22, 23; 2:22; Hebreos 12:23).
Siendo que el propósito de Dios en relación con el hombre es buscar y salvar lo que se había perdido, ser adorado por el ser humano y edificar un cuerpo de creyentes a la imagen de su Hijo, la principal razón de ser de las Asambleas de Dios como parte de la Iglesia es:
(a) Ser una agencia de Dios para la evangelización del mundo (Hechos 1:8; Mateo 28:19, 20; Marcos 16:15, 16).
(b) Ser un cuerpo corporativo en el que el hombre pueda adorar a Dios (1 Corintios 12:13).
(c) Ser un canal para el propósito de Dios de edificar a un cuerpo de santos siendo perfeccionados a la imagen de su Hijo (Efesios 4:11–16; 1 Corintios 12:28; 14:12).
Las Asambleas de Dios existe expresamente para dar continuo énfasis a esta razón de ser según el modelo apostólico del Nuevo Testamento enseñando a los creyentes y alentándolos a que sean bautizados en el Espíritu Santo. Esta experiencia:
a. Los capacita para evangelizar en el poder del Espíritu con señales y milagros (Marcos 16:15–20; Hechos 4:29–31; Hebreos 2:3, 4).
b. Agrega una dimensión necesaria a la adoración y a la relación con Dios (1 Corintios 2:10–16; 1 Corintios 12–14)
c. Los capacita para responder a la plena manifestación del Espíritu Santo en la expresión de frutos, dones y ministerios como en los tiempos del Nuevo Testamento para la edificación del cuerpo de Cristo (Gálatas 5:22–26; 1 Corintios 14:12; Efesios 4:11, 12; 1 Corintios 12:28; Colosenses 1:29).
Nuestro Señor ha provisto un ministerio divinamente llamado y ordenado con el triple propósito de dirigir a la iglesia en: (1) la evangelización del mundo (Marcos 16:15–20), (2) la adoración a Dios (Juan 4:23, 24) y (3) la edificación de un cuerpo de santos, para perfeccionarlos a la imagen de su Hijo (Efesios 4:11, 16).

12. La resurrección de los redimidos y el arrebatamiento de la iglesia antes de la tribulación.

Romanos 8:23; 1 Tesalonicenses 1:10; 4:16, 17; Tito 2:13
La resurrección de los que han muerto en Cristo y su arrebatamiento junto con los que estén vivos cuando sea la venida del Señor es la esperanza inminente y bienaventurada de la Iglesia (1 Tesalonicenses 4:16, 17; Romanos 8:23; Tito 2:13; 1 Corintios 15:51, 52).

13. La Segunda Venida visible de Jesucristo para establecer su Reino Milenial en la Tierra.

Zacarías 14:5; Mateo 24:27,30; Romanos 11:26,27; 2 Tesalonicenses 1:7; Apocalipsis 20.
La segunda venida de Cristo incluye el rapto de los santos, que es nuestra esperanza bienaventurada, seguido por el regreso visible de Cristo con sus santos para reinar sobre la tierra por mil años (Zacarías 14:5; Mateo 24:27–30; Apocalipsis 1:7; 19:11–14; 20:1–6). Este reino milenario traerá la salvación de Israel como nación (Ezequiel 37:21, 22; Sofonías 3:19,20; Romanos 11:26,27) y el establecimiento de una paz universal (Isaías 11:6–9; Salmo 72:3–8; Miqueas 4:3, 4).

14. El Lago de Fuego como castigo eterno para los impíos, Satanás y los ángeles caídos.

Apocalipsis 19:20; 20:10-15
Habrá un juicio final en el que los pecadores muertos serán resucitados y juzgados según sus obras. Todo aquel cuyo nombre no se halle en el Libro de la Vida, será confinado a sufrir castigo eterno en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda, junto con el diablo y sus ángeles, la bestia y el falso profeta (Mateo 25:46; Marcos 9:43–48; Apocalipsis 19:20; 20:11–15; 21:8).

15. El cielo como morada eterna de los salvos.

Juan 14:2; 1 Corintios 2:9-10; Apocalipsis 21:22

16. Los Cielos Nuevos y la Tierra Nueva.

1 Pedro 3:13; Apocalipsis 21:2
"Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia" (2 Pedro 3:13; Apocalipsis 21:22).

Tomado de los Estatutos del Concilio de las Asambleas de Dios de Colombia, sancionados mediante resolución 1071 del 03 de julio de 2003, originaria del Ministerio del Interior y de Justicia y puesta en vigencia por el Presbiterio Ejecutivo el 05 de agosto de 2003.

miércoles, febrero 20, 2008

NO TE LO PIERDAS


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jueves, enero 24, 2008

Preguntas y Respuestas



Autor: Lic. Dawlin A. Ureña
(El Lic. Ureña es Pastor, y miembro de la Asociación Científica
CRS - Creation Research Society)

Si ningún hombre puede ver a Dios, ¿Por qué dice en Génesis 32:30 "vi a Dios cara a cara"?

Dios es omnipresente. Eso significa que Dios está presente en todo lugar en todo momento, en el presente, pasado y futuro.

¡El hombre NO ES omnipresente! De hecho, cuando Dios creó el Universo, Dios colocó una ley natural que rige nuestra limitación en el mundo natural. Esa ley física dice: "Un objeto no puede ocupar dos espacios al mismo tiempo".

En otras palabras, cuando un hombre limitado por esta ley física dice, Jacob en el caso de Génesis 32:30 "He visto a Dios cara a cara, y sin embargo todavía estoy vivo" obviamente se refiere a haber visto una manifestación de Dios en el mundo físico, no indicando esto que por Dios haberse manifestado a Jacob en forma de un hombre o de un ángel, Dios haya dejado de estar también presente en el cielo y en cualquier otro lugar del universo y del mundo espiritual al mismo tiempo, tanto en el presente, como en el pasado y en el futuro. Eso es lo que se llama ser omnipresente.

Note la sorpresa expresada por Jacob al admitir que aunque vio la manifestación de Dios, sobrevivió la experiencia. Solamente teniendo una noción vaga del significado de ser omnipresente, Jacob se maravilló de haber interactuado con una manifestación divina y no haber perecido.

Así pues, en ese sentido, la realidad es que aunque Dios, a sabiendas de que nosotros estamos limitados por la ley física que Él mismo instauró en el universo, cuando desea comunicarse con nosotros usa un método que nuestros sentidos puedan captar, así como un sueño, una revelación, una aparición, o el milagro de la Encarnación de Dios en la persona del Señor Jesucristo. Los teólogos utilizamos el término Teofanía para designar las manifestaciones de Dios en nuestro mundo y Cristofanía para las de Cristo.

Ir más allá en esta explicación requeriría que me viera obligado a incursionar en asuntos teológicos profundos y no creo que sea apropiado hacerlo. Es importante que nuestros lectores mantengan presente la perspectiva expresada aquí cuando juzguen la inmensidad de un Dios Eterno, Omnisciente, Omnisapiente, Omnipresente, Todopoderoso, Justo, Santo, etc.

En nuestros intentos por entender a Dios, nosotros, situados y controlados por los parámetros implementados por el mismo Dios para que vivamos felices en este mundo, no podremos nunca hacer nada más que especular, teorizar y formular hipótesis que para nosotros mismos resulten inteligibles, pero a Dios, al Dios eterno y omnisciente… ¿Qué hombre finito y mortal lo podría ver en toda su grandeza?

Solo al exponer estas grandezas de Dios, vienen a mi mente incontrolables deseos de llorar, de arrodillarme ante su presencia y de decirle Santo, Santo, Santo, Santo, Santo, Santo hasta desmayar. Pensar que ese mismo Dios se hizo hombre para proporcionar al hombre una salida viable y a la vez pagar por completo la maldición recibida por Adán y nosotros sus descendientes, cualquier cosa que yo piense hacer para poder agradecer a mi Dios resulta insignificante, diminuta e inapropiada.

Sin embargo, Dios nos dice que como nada podemos hacer para ganar o merecer nuestra salvación, todo lo que Él demanda de nosotros es "fe, sin la cual es imposible agradar a Dios". Hebreos 11:6


Los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos, y día y noche, sin cesar, decían: «¡Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que esy el que ha de venir!» Cada vez que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: «Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existeny fueron creadas».
Apocalipsis 4:8-11